BUENOS AIRES.- Lo que se vio luego del descuento de Maximiliano Romero a 38 minutos del segundo tiempo (dos minutos más tarde Cristian Pavón marcó el 3-1 definitivo), fue un fiel reflejo de lo que pasó anoche en el “José Amalfitani”. Boca hizo lo que quiso con Vélez. Tuvo la posesión del balón, el dominio del campo y golpeó cuando se lo propuso en un encuentro que lo tuvo como amplio dominador y en el que demostró que tiene todo para quedarse con el máximo premio que entrega el torneo de Primera.
Desde el primer minuto de juego, Boca exhibió su chapa de gran candidato. Apoyado en los buenos trabajos de Ricardo Centurión, Pablo Pérez, Rodrigo Bentancur y Pavón, los dirigidos por Guillermo Barros Schelotto se llevaron por delante a su rival.
Darío Benedetto le puso la frutilla del postre a una linda contra colectiva. Gol: 1-0. Aunque a esa altura merecía mucho más.
El tanto del “9” pareció una estocada letal para el dueño de casa. Porque si hasta esa altura Boca era superior, ni hablar con la ventaja en el saco. Para colmo, a Héctor Canteros se le fue la pierna y Patricio Loustau lo expulsó.
El complemento fue un monólogo de la visita, que manejó la pelota a su antojo y hasta pareció sacar el pie del acelerador en algunos tramos. Optó por lateralizar el balón y dejar correr los minutos.
Gino Peruzzi marcó el 2-0 y el “Xeneize” sólo tembló en una fracción de minuto, cuando Romero descontó. Pero, tras cartón, apretó el acelerador y sentenció la lucha.
Boca se sacó la presión de saber que todos los que lo persiguen ganaron antes de su partido; dio otro paso firme hacia su gran objetivo y demostró que cuando está bien todo se le simplifica. (Especial)
Sólo tuvo problemas en la previa
BUENOS AIRES.- Boca no tuvo inconvenientes para ganarle a Vélez. Los problemas para el equipo sólo aparecieron antes. En la madrugada de ayer, Cristian Pavón y Jonathan Silva se vieron envueltos en un escándalo que ellos mismos generaron al subir a sus cuentas de Instagram imágenes de ambos en el baño de la habitación que comparten en la concentración en un horario en el que tenían que estar descansando. El video se viralizó y el tema estalló en manos de los dirigentes y Guillermo Barros Schelotto, quien habría decidido aplicarles una multa económica.
Luego, el micro que transportó a la delegación de Boca al estadio ingresó por una ruta equivocada y se topó con hinchas velezanos. La coincidencia fue terrible: recibieron un piedrazo que hizo estallar los cristales de un vidrio, mientras sonaban a su alrededor bombas de estruendo. (Télam-Especial)